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Jerez de la Frontera, Cádiz, Spain
35 años Economista

lunes, 10 de enero de 2011

Políticos, prioridades y responsabilidad


                Meses después del mayor recorte de derechos a los trabajadores de toda la historia de la democracia en este país, volvemos a las andadas con el tema de las pensiones, todo ello en aras de una mayor confianza de los mercados.
                Esto con lenguaje político o económico, puede hacernos desviar nuestra atención, e incluso hacer que no nos percatemos exactamente de lo que está pasando. Señores, esta situación traducida a un lenguaje coloquial no es otra cosa que lo siguente; nuestro país anda un poco “tieso” y donde antes le prestaban dinero a un precio razonable, dinero que era despilfarrado sin ningún miramiento, pues bien, ahora dichos mercados debido a que no se fían o a que quieren obtener un mayor rédito, se lo prestan a un precio prohibitivo y con ninguna garantía de seguir haciéndolo en el futuro. Esto conlleva a que si los mercados o instituciones supranacionales, le piden al gobierno que “haga el pino con las orejas, éste intentará hacerlo”. Esto es tan seguro como que existimos, puesto que a nuestro gobierno ya le han pedido que renuncie a sus principios ideológicos y lo ha hecho, la prueba es que nunca se ha hecho una política tan de derechas como en el último año en nuestro país, no me explico cómo tiene alguien la cara tan dura de ponerse delante de un micrófono y rebatir este extremo.
                ¿En base a qué podemos decir que han estado despilfarrando el dinero?, muy sencillo, si ahora se están haciendo tantos recortes, si se están suprimiendo ministerios, consejerías, altos cargos públicos… ¿Por qué no se ha hecho antes?
                Finalmente llegamos al punto que mas escozor me produce, ¿Quién paga finalmente todo esto? ¿Quién paga la negligencia y la falta de preparación y ética de nuestra clase política?; pues como siempre la clase media (trabajadores, profesionales, funcionarios y pequeños y medianos empresarios) ya que la clase alta es ahora más rica que nunca, como lo demuestran numerosas estadísticas de nuevos ricos y multimillonarios, y la baja cuenta más bien poco.
                En lo que se refiere a prioridades, podemos decir que es como los gustos, cada uno tiene el suyo. No obstante habría que inyectarles a nuestros dirigentes una buena dosis de sentido común, el cual parece, el menos común de los sentidos. ¿Cómo podemos hablar de gastar dinero público en terapias para dejar de fumar, cuando se ha recortado el sueldo y derechos a profesionales y trabajadores, cosa que todavía está por ver si es constitucional o no? ¿Cómo podemos hablar de elevar la edad de jubilación a los 67 años, si la edad media de jubilación en este país está en los 63,7 años y se está pensando en prejubilar a 15.000 empleados de banca y cajas de ahorros con 52 años y así quitar esta carga de sus cuentas de resultados para júbilo de sus accionistas, propietarios y directivos?
                Y por último, pero no menos importante, la responsabilidad… ¿ha dimitido algún político representativo o dirigente de primera línea en este país con todo lo que ha llovido?...

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